Descubre cómo un festival local de Múnich se transformó en un fenómeno global celebrado en diversos rincones del planeta.
La Oktoberfest tiene sus raíces en la región de Baviera, Alemania. Se celebró por primera vez el 12 de octubre de 1810 para conmemorar el matrimonio del príncipe Luis de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen. La celebración incluyó carreras de caballos, y desde entonces, el festival se ha llevado a cabo anualmente, exceptuando algunas interrupciones durante guerras y pandemias.
Con el tiempo, la Oktoberfest se ha convertido en una fiesta popular de 16 a 18 días, atrayendo a millones de visitantes de todo el mundo a Múnich para disfrutar de la cultura bávara, la cerveza y las festividades.
La cerveza es, sin duda, el corazón de la Oktoberfest. Solo cervezas que cumplen con el Reinheitsgebot (Ley de Pureza Alemana) y que son producidas dentro de los límites de la ciudad de Múnich pueden ser servidas en el festival. Estas cervezas incluyen marcas famosas como Augustiner, Paulaner, Spaten, Löwenbräu, Hofbräu y Hacker-Pschorr.
Las cervezas se sirven en las icónicas 'Maßkrug', jarras de un litro, y cada cervecería monta su propia carpa gigantesca, decorada de manera única, donde se sirven no solo cerveza, sino también platos tradicionales bávaros como pretzels, salchichas y codillo de cerdo.
La popularidad de la Oktoberfest ha trascendido las fronteras alemanas, y hoy en día, muchas ciudades alrededor del mundo organizan sus propias versiones del festival. Países como Estados Unidos, Brasil, Canadá, Australia y Japón celebran la Oktoberfest con gran entusiasmo, adaptando las festividades a su propio estilo cultural mientras mantienen las tradiciones bávaras.
Estos eventos internacionales suelen incluir música tradicional alemana, vestimenta típica como los 'lederhosen' y los 'dirndl', y, por supuesto, mucha cerveza y comida alemana.
En México, la Oktoberfest ha encontrado un lugar especial, especialmente en ciudades con una fuerte influencia cultural alemana como Puebla, Ciudad de México y Guadalajara. Los festivales locales a menudo incluyen música en vivo, bailes tradicionales y una amplia variedad de cervezas artesanales tanto mexicanas como importadas.
Además, en México se fusionan elementos de la cultura local con la tradición alemana, creando una experiencia única. Por ejemplo, es común encontrar platillos mexicanos junto a los clásicos bávaros, y la música puede variar desde bandas de 'oompah' hasta mariachis.
La Oktoberfest moderna incluye una variedad de eventos y actividades que van más allá de la cerveza. Desde desfiles tradicionales y competencias de levantamiento de jarras hasta juegos mecánicos y ferias, el festival ofrece algo para todos.
En Múnich, el desfile de trajes tradicionales y el desfile de cervecerías son puntos culminantes, mientras que en otros lugares, las actividades pueden incluir concursos de disfraces, carreras de barriles y hasta concursos de comer pretzels.